4. La guerra de las
Malvinas
El gobierno militar
consideró, a finales de 1981, que a pesar de las
recomendaciones de la
Organización de las Naciones Unidas y
de los esfuerzos diplomáticos y económicos
argentinos, el Reino Unido no accedería a negociar sobre
la soberanía.
Por tanto, la Junta Militar previó una alternativa militar
para el caso de que fracasaran las tratativas
diplomáticas.
Aprobó la idea del Almirante Jorge Isaac Anaya de
recuperar las Malvinas
mediante una acción sorpresiva e incruenta para las
fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la
soberanía.
Se creó una Comisión de Trabajo Conjunta para
realizar el planeamiento de
la recuperación. La Comisión de Trabajo
estableció como fecha más temprana para realizar la
operación el 15 de mayo. Sin embargo, durante marzo de
1982 se producen acontecimientos que alteraron esa fecha, e
incluso, lo que era sólo una alternativa se
transformó en el objetivo
principal.
Por lo expuesto la Junta Militar decidió recuperar las
islas Malvinas
el día 1º de abril de 1982, basando la acción
en las siguientes suposiciones:
- Que el Reino Unido no reaccionaría con
violencia. - Que EEUU se mantendría al
margen. - Que se podría controlar la crisis y,
por lo tanto, habría negociaciones por la
cesión de la soberanía.
Así, la Argentina
buscó recuperar un espacio territorial cuya legitimidad ha
sido reconocida por los organismos internacionales con injerencia
en el caso: la ONU, al reconocer
la naturaleza
colonial de diferendo en su Resolución 1514 y la validez
de los reclamos argentinos sobre las islas Malvinas, Georgias del
Sur y Sandwich del Sur en su Resolución 2065, invitando a
ambos gobiernos a mantener negociaciones por el futuro de las
islas.
La legitimidad del reclamo fue también reconocida por la
OEA (Organización de Estados Americanos) en el
Comité Jurídico Interamericano, por el Buró
de Países No Alineados y la Resolución del TIAR
(Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) del 26 de
Abril de 1982.
El enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaña se inicia
a partir de las actividades empresarias de un argentino,
Constantino Davidoff. Su actividad principal eran los negocios
relacionados con la chatarra.
En el mes de Septiembre de 1979 firmó en Londres un
contrato con
la empresa
Christian Salvensen de Edimburgo, adquiriendo las instalaciones
balleneras abandonadas en las islas Georgias, a un valor inferior
a los u$s 200.000.
Esto representaba un brillante negocio que dejaría
excelentes ganancias, pues el precio de la
chatarra, permitiría en ese momento obtener cifras
cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las instalaciones
era necesario transportar a las islas personal y
equipos.
Davidoff gestionó en la Embajada Británica en
Buenos Aires
el servicio del
buque antártico HMS Endurance, de la armada
británica. Pero su pedido fue denegado y, seguidamente, la
Armada Argentina se pone a su disposición para llevar a
cabo la tarea.
En Diciembre de 1981, Davidoff zarpa con destino a Puerto Leith,
llegando a la Bahía Stromness unos días
después. Si bien Davidoff envió una carta comunicando
a la Embajada Británica su viaje al archipiélago de
Malvinas, no especificó que lo haría en un barco de
las características del rompehielos ARA
Almirante Irizar, ni que se dirigiría directamente a las
Georgias sin antes tramitar su desembarco en Grytviken. Este
breve viaje sirvió para tomar fotografías (3500) e
inventariar el material existente en las ex-factorías.
El 19 de Marzo de 1982, nuevamente Davidoff regresa a las
Georgias, pero ahora en el buque de la armada ARA Bahía
Buen Suceso, que llevaba 41 personas, en su mayoría
operarios, que permanecerían unos 4 meses realizando las
tareas de desmantelamiento.
En este desembarco se produce el hecho que se utilizó como
desencadenante del conflicto, y
por el cual las autoridades británicas acusaron
formalmente a los argentinos: el izado de una bandera
argentina.
Al desembarcar los argentinos, las autoridades británicas
en Grytviken notificaron al gobernador de Malvinas Rex Hunt sobre
una bandera argentina izada. El Foreign Office
ordenó el envío del navío HMS Endurance con
el objeto de obligar a los operarios a arrear la bandera y evitar
además el supuesto desembarco de personal militar y
armas de
fuego.
El 21 de Marzo, zarpa de regreso el ARA Bahía Buen Suceso,
dejando al grupo de
Davidoff en tierra para
proseguir con sus tareas. El HMS Endurance debía llegar a
Leith el día 24 de Marzo, pero por órdenes del
canciller de Gran Bretaña Lord Carrington, el buque
debió aguardar en Grytviken. Simultáneamente se
solicitó al gobierno argentino que dispusiera el regreso
del Bahía Buen Suceso a Leith para ser éste quien
desalojara a los operarios allí apostados.
El 23 de Marzo, la Junta Militar, en respuesta a los sucesos de
Leith, envía el transporte ARA
Bahía Paraiso, que se encontraba en Orcadas con el grupo
Alfa a bordo (formado por comandos de
marina, denominados "Lagartos", al mando del Teniente de
Navío Alfredo Astiz).
Llegan a Georgias el día 24 de Marzo a las 23:40 hs. Su
misión
era la de evitar que los marines ingleses del HMS Endurance
desalojaran por la fuerza a los
trabajadores argentinos. Se suceden una serie de reuniones y
conversaciones de alto nivel
mandatario, con las que se buscaba suavizar el tono de la
negociación diplomática.
El gobierno argentino quería realizar una ocupación
no violenta de las islas, estableciendo presencia firme en ellas
y provocar que las fuentes
diplomáticas británicas tomaran iniciativas para
encontrar una solución de fondo sobre la Soberanía
en Malvinas. La opinión internacional favorecía el
reclamo de nuestro país sobre la Soberanía en
Malvinas.
Gran Bretaña sólo podía establecer un
panorama geopolítico tal que indujera al gobierno
argentino a considerar la ocupación militar de las islas
como única solución viable.
Se había llegado a un punto sin retorno, la acciones
militares eran inminentes…
Viernes 2 De Abril
Se constituyó la Fuerza de Tareas Anfibia Número 40
bajo el Comando del Contraalmirante D. Walter O. Allara. Esta
Fuerza estaba integrada por los siguientes componentes:
A. La Fuerza de Desembarco se integra con el Batallón de
Infantería de Marina Nº 2 (BIM2), una
Agrupación de Comandos Anfibios, una Sección de
Tiradores del Ejército, un Grupo de Comandos Anfibios y
una Reserva.
B. Un Grupo de Transporte, con el Buque de Desembarco de Tropas
ARA Cabo San Antonio, el Rompehielos ARA Almirante Irizar y el
buque Transporte Isla de los Estados.
C. Un Grupo de Apoyo Escolta y Desembarco, formado por las
Fragatas Tipo 42, ARA Hércules y Santísima
Trinidad, más las Corbetas ARA Drumond y Granville.
D. El Grupo de Tareas Especiales, constituído por el
submarino clase Guppy ARA Santa Fe.
Las naves habían zarpado de sus apostaderos el día
28 de marzo, hallándose a bordo del ARA Santísima
Trinidad, de acuerdo con lo resuelto por el COMIL, el Comandante
del Teatro de
Operaciones
Malvinas, general de división D. Osvaldo J.
García.
Debido a las malas condiciones meteorológicas, la
operación se demoró 24 horas, respecto de su fecha
más temprana.
La Fuerza de tareas quedó dispuesta para el asalto final
el día 1 de abril a última hora. La misión
de la misma establecía la reducción de la resistencia
armada de la isla, constituída por 68 Infantes de Marina
del Destacamento de la Marina Real Nº 8901, más
algunos irregulares voluntarios pertenecientes a la población local, la ocupación de
Puerto Stanley, y la toma del aeródromo para permitir el
abastecimiento de las Islas con medios
aéreos propios. Y por último la instalación
de un gobierno militar argentino en el archipiélago.
A las 00:30 hs del día 2 de abril se inició el
desembarco en la zona de Puerto Enriqueta, 4 km al Sur de la
capital de las
islas donde los Comandos Anfibios de la Armada iniciaron su
marcha hacia las barracas de los "marines" británicos en
Moody Brook. Tres horas más tarde hacían lo propio
los buzos tácticos desembarcados del submarino ARA Santa
Fe en las proximidades del Cabo San Felipe, con la tarea de tomar
el faro de ese lugar y preparar el desembarco del Transporte Cabo
San Antonio.
Este buque desembarcó en la playa York al BIM 2 y tropas
del RI 25, los que debían tomar el aeropuerto y avanzar
hacia Puerto Stanley en un movimiento de
pinzas que convergía sobre la residencia del gobernador,
desde el Este, mientras los buzos tácticos lo
hacían desde el Oeste.
La maniobra resultó exitosa, ya que hubo solamente una
débil resistencia, la cual se tradujo en tres bajas
propias, aunque no se infringió ninguna baja al enemigo,
tal como lo establecieron los criterios operacionales impuestos por el
Comité Militar.
El cese del fuego y la rendición del gobernador Hunt se
realizó a las 09:15 hs, ante el General de División
García.
– Mediante un comunicado de la Junta Militar se anuncia al
país la recuperación del ejercicio de la
soberanía en todo el territorio de las Islas Malvinas,
Georgias y Sandwich del Sur.
Lunes 14 de junio
Entre los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamín
Menéndez, respectivamente comandante de las fuerzas
británicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas,
queda parlamentado el alto al fuego y la consiguiente
rendición. En Buenos Aires, al tomar conocimiento
de los hechos, en horas de la noche se realiza una
manifestación en rechazo a la rendición, en la que
se produjeron desmanes y fue reprimida por la
policía.
5. Conclusión, y fin
de la dictadura
Luego de la Guerra de
Malvinas, la sociedad
comenzó a dejar de callar, y así , unidos contra
los represores, y de la mano de Raúl Alfonsín,
quien dirigía al sector opositor, organizaron una protesta
por la falta de información sobre las Malvinas. Lograron
instalar el tema en la opinión
pública, y a los represores ya no les resultó
tan sencillo poder
organizarse. Habían perdido credibilidad y la gente
intentaba revelarse.
La propuesta de Alfonsín se basaba en :
"CONSTITUÍR UN GOBIERNO CIVIL DE TRANSICIÓN, QUE
ENCABEZARÍA EL EX PRESIDENTE ILLIA"
Pero dentro del gobierno de facto, las propuestas eran otras
:
"SEGUIR INCULCANDO LA IDEA DE TEMOR"
Galtieri ( a quién el ejército quería
hechar), decide hablar en Plaza de Mayo. Acude allí gran
cantidad de gente, y días después se da por
finalizado el Proceso de
Reorganización Nacional.
En 1.983 asume como presidente Raúl Alfonsín,
iniciando la DEMOCRACIA en
nuestro país.
Fuera de que su gobierno perjudicó muchísimo al
país en una forma económica, con la
inflación, él fue quien fundó la CONADEP
(Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas).
Tiempo
después se realizó el Juicio de las Juntas.
Participaron muchísimas personas en los testimonios de
aquel juicio. Se encontraron muchos culpables ; pero al asumir en
su primer gobierno, Carlos Saúl Menem, los
indultó con las leyes de Punto
Final y Obediencia Debida.
Para algunos, esta desición fue inteligente porque
ayudó a terminar con las rebeliones militares, dando
vuelta de hoja en la historia de las relaciones
cívico– militares.
Lo que esos "algunos" no ven, es que este hecho es difícil
de defender desde el punto de vista moral.
Múltiples declaraciones han hecho que comenzara a reflotar
el tema de la represión militar y de los
desaparecidos.
El ex marino de la ESMA, a quien el arrepentimiento,
(¿arrepentimiento?) hizo que se decidiera a declarar ,
dijo haber visto lanzar desde aviones navales de 1.977 a un
joven, dos adolescentes
mujeres, y una mujer de 65
años apróximadamente, vivos al mar. No los puede
identificar por nombre y apellido, ni tampoco a otros ciudadanos
(30) que fueron arrojados al mar por él mismo.
Participó en los vuelos de la Armada entre los años
1.976 y 1.977 para arrojar (en sólo dos vuelos) a 1.500
y/o 2.000 presos ilegales.
Dice que Mendía (comandante de las operaciones Navales,
contralmirante), los reunió, luego del golpe del
’76, para darles instrucciones tales como: actuar de civil,
y eliminar subversivos, antes de explicar que algunos prisioneros
se tirarían vivos al mar.
Juan Paulik, jefe de las Fuerzas Armadas, brigadier general,
declaró que durante la lucha "antisubversiva" se
cometieron barbaridades de uno y otro sector.
El ex ministro de la dictadura, A.
Harguindeguy, denunció que se utilizó el asesinato
como PRÁCTICA HABITUAL para poder obtener
información ante los detenidos.
Balza aceptó como errónea las alteraciones de orden
institucional en 1.976, y admitió que las Fuerzas Armadas
no supieron combatir el terrorismo
desde la ley.
Pernías y Rolón denunciaron que se utilizó
la tortura durante el régimen militar, y a partir de ese
momento comenzaron las declaraciones de los "arrepentidos".
El capitán Alfredo Astíz, fue el responsable de los
secuestros de las monjas Domon y Duquet, y la ciudadana sueco-
argentina Hagelin.
El ex policía Julio Simón, conocido en la
represión como "turco Julián" o "turco Julio",
admitió que la orden era matar a todos los prisioneros.
Pero, pese a todo, reivindicó la actuado en la
última dictadura . Fue el ejecutor de torturas y
asesinatos.
Según la opinión de varios represores, los
únicos arrepentidos deberían ser los integrantes de
las organizaciones
terroristas.
Debería pensarse que es positivo que Balza y otros
más hayan declarado estas atrocidades cometidas debido a
su arrepentimiento ; pero hoy en día, se sabe que la
razón por la que declararon es porque se vieron obligados
y presionados a hacerlo. Podían haberlo denunciado, si es
que tan arrepentidos estaban, en el año 1.983, cuando el
tema ya era denunciado por organizaciones como Amnesty
International .
"Delinque quien vulnera la Constitución Nacional, delinque quien
imparte órdenes inmorales, delinque quien cumple
órdenes inmorales, delinque quien, para cumplir un fin que
cree justo, emplea medios injustos, inmorales."
Luego de esta investigación, llego a una
conclusión que, creo, es a la que todo ciudadano argentino
con sentido ético llegaría.
Creo que el objetivo inicial de aquel Golpe de Estado
nunca se cumplió, o, lo que es peor, nunca existió;
que los medios utilizados para combatir a los que ellos llamaban
SUBVERSIVOS eran peores que el mismo supuesto delito cometido
por éstos; poderes para que esto suceda.
De todas formas, a pesar de lo negativo de esta
conclusión, queiro sacar en limpio que , aunque haya mil y
una dictaduras, mil y un asesinatos, los argentinos no olvidan ;
esto se demuestra en la continuidad e insistencia del grupo
Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, grupo que cumplió 20
años de lucha, y como ellas dicen, sin dar "ni un paso
atrás".
CONADEP: Nunca Más, Editorial Universitaria de
Buenos Aires, Buenos Aires, 1984
Rock, David:
ARGENTINA 1516-1987 Desde la colonización española
hasta Raúl Alfonsín, Alianza Editorial S.A., Buenos
Aires, 1988
Artículos
20 años de historia política argentina
1966-1986, Fascículos 18, 19, 20 y 30, R. R. Ediciones
S.R.L. , Buenos Aires, 1986
Diarios Clarín, Página/12
Felix Luna: Historia Integral de la Argentina, Editorial Planeta,
Buenos Aires, 1995
Autor:
Miguel Angel Revainera
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